La Concha de los Tritones

La obra surge como una oda al Campo Grande, un espacio emblemático de 
Valladolid que combina arte, naturaleza y serenidad. Durante un paseo por
el parque, la escultura de la gran concha sostenida por tritones me cautivó de
inmediato; nada más verla y la obra vino a mi mente al instante. Este elemento
artístico, rico en detalles mitológicos y situado en un entorno vibrante de
vegetación, representa la esencia del lugar.
Decidí integrar en la escena a los pavos reales, tan icónicos del Campo Grande,
no solo para añadir vida y color, sino también para resaltar la armonía entre
lo natural y lo creado por el ser humano. Estas aves, símbolo de belleza y
majestuosidad, enriquecen la composición y aportan un contraste armónico con
la quietud de la escultura, resaltando la serenidad del entorno.
El cuadro busca transmitir serenidad, amor por la naturaleza y una reflexión
sobre lo afortunados que somos al contar con un rincón como este en el corazón
de la ciudad. Además, pretende evocar la conexión entre el arte y la vida, entre lo
eterno y lo efímero. Es una invitación a detenerse, contemplar y dejarse envolver
por la belleza que nos rodea en el día a día.
Esta obra es más que un homenaje al Campo Grande; es un tributo a Valladolid,
la ciudad donde nací, y su capacidad para combinar historia, cultura y naturaleza
en un solo lugar.

Técnica: Óleo

Soporte: Lienzo

Medidas: 60 x 70 cm

Fecha de realización: Diciembre 2024